30 de octubre de 2013

VALSAIN

21 de octubre. 20 alumnos y alumnas, 2 profesores, el Pinar de Valsaín, el Centro Nacional de Educación Ambiental, 6 horas de ruta didáctica y encantadora por delante. Para ello nos levantamos a las 5 de la madrugada, 5 horas de autobús, las mochilas cargadas de bocadillos, agua, zumos, fruta, ilusión, curiosidad y alguna que otra lata de pulpo y de sardinas. Navacerrada nos espera para comenzar a descender los 15 kilómetros entre niebla, frío, buena compañía y comentarios interesantes y curiosos que nos llevarán de vuelta al albergue. La ciencia en ruta. El pino silvestre será nuestro compañero constante con sus anaranjados y descortezados troncos sus pequeñas piñas, su esbelto y alto porte, y entre ellos los enebros, los helechos de colores variados, las setas alucinógenas y los acebos nos llevarán en un mullido andar hasta la pradera donde los caballos salvajes entretuvieron nuestro descanso y comida compartida. La continuación nos llevó a descubrir setas, tapaculos o escaramujos, robles, saltarines riachuelos con sus pequeñas ranitas marrones, turberas, muérdago semiparásito en pinos, acueductos de madera y piedra y caminos de piedra encargados por Carlos III para que su mujer pudiese ir a pescar al Eresma sin manchase su real calzado. Todo ello entrelazado por historias naturales, historias personales, crujir de pinos bailados por el viento, risas, cansancio y paradas para comer moras o descomer y desbeber. Ya llegando descubrimos un hormiguero termitero gigante y al volver al albergue descansamos merecidamente. Nos esperaba una noche en La Granja…..de San Ildefonso con paseo por el pueblo, cena y enormes secuoias y abetos, hayas y acebos. Entradas y salidas rápidas en los bares y vuelta a dormir en las literas. Noche segoviana.

A la mañana siguiente, lluviosa y fría, tras el desayuno en grupo, visita al Centro Nacional de Recursos Genéticos Forestales donde nos explicaron el trabajo que realizan, la selección de semillas y ejemplares de plantas, con un banco genético de todas las plantas forestales de España, conocimos sus viveros y realizamos un trabajo de trasplante de fresnos para mejorar la vegetación de ribera. La lluvia nos acompañó a Segovia donde disfrutamos de su impresionante acueducto, sus iglesias, su catedral sus calles y gentes.Tiempo libre y comida, para volverá Arroyo tras otras 5 horas de autobús. Satisfacción, cansancio y buen ambiente. Interesante actividad y agradable convivencia que intentaremos repetir otro año

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